Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Cada gesto suyo era pura maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como https://vinnyyilm929346.idblogz.com/38960846/la-cámara-captó-el-cabezazo-de-zidane-y-cambió-todo